Es una de las nunca antes escuchadas frases (o más bien leídas) de Anibal, quien en algún momento acuño dicha frase para servir como guía en un determinado momento de su vida.
Este viernes, llamado santo, la Iglesia Católica conmemoró una vez más lo que hace unos 1.977 años atrás se daba la muerte del personaje más importante para dicha Iglesia, que llegó a revolucinar el mundo occidental y que cambió el curso de la humanidad en sí. En esta ocasión no hablaré del "Ungido", sino simplemente haré referencia a mi inextensa y particular vida.
Con tío Carlos quedamos compartiendo una tarde de pescados en el paladar.Más tarde una sidra hizo el honor de suponer un digestivo refrescante. Y el descanso se antepuso ante la responsabilidad académica, para lo cual concluí con punto final en la caja cuadrada.