Abú Al-Abbás Ibn Firmas.
Español de origen árabe. Fue el precursor de la aeroáutica. 900 años antes que los primero inventos de Leonardo da Vinci.
Para sus vuelos, realizados entre los años 851 y 853, se hizo un
traje de seda, el primero que usó este tejido en España, lo recubrió con
plumas y le adosó unas alas articuladas y móviles accionadas por él y
hechas también de seda y plumas. Desde los altos del Valle de la Ruzafa
de Córdoba se lanzó al aire consiguiendo volar o planear una cierta
distancia, pero en el momento de aterrizar "no acertó a maniobrar
adecuadamente y cayó con violencia en el suelo, lastimándose el trasero,
porque no se había dado cuenta que las aves al posarse, se valen de su
cola como equilibrio y él no se había fabricado cola", como dijo Joan
Vernet en su libro Lo que Europa debe al Islam de España. Esto le valió
otra sátira de su rival Mumin, que escribió:
“¡Quiso aventajar al grifo (animal mitológico mitad águila mitad
león) en su vuelo Y sólo llevaba en su cuerpo las plumas de un buitre
viejo!”
Corregido este defecto, siguió realizando vuelos ante numeroso
público e incluso ante la corte Omeya. El eco de este vuelo quedó vivo
en las mentes de las gentes durante muchas generaciones y se infiltró en
la poesía española del Siglo de Oro.
Para el mundo occidental, apenas se menciona su nombre, pero para el
mundo árabe, es un héroe, un pionero. Hasta tal punto es conocido en el
mundo árabe que en la avenida que conduce al aeropuerto de Baghdad
(Irak) hay una estatua dedicada a Firnás con la siguiente inscripción:
"Primer aviador árabe nacido en Al-Andalus", en Libia se le ha
conmemorado mediante la emisión de un sello de correos y en su ciudad
natal, Ronda, hay un club de ultraligeros que lleva su nombre.