Estos primeros días de Octubre las cotidianas lluvias acaecidas sobre la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) han derivado en aspectos positivos ásí como negativos; positivos tales como apaciguar el humo que ya se sentía en la ciudad producto de "chaqueos" indiscriminados en el norte del Departamento, además ayudó a inhibir la sequía y los campos secos. Por su parte, aquello negativo fue la llegada del "sur" y la imposibilidad de disfrutar adecuadamente como uno desea hacerlo, sin tomar en cuenta los ríos que corren por las calles de los barrios ya inundados, a tal extremo de haber encontrado una boa constrictor en pleno centro de la ciudad y un caimán de tamaño mediano en un barrio periurbano.
A ello debo agregarle mi perspectiva en el sentido de mi salud mental en otro día igual de nuboso como mi aletargada existencia me encuentro tecleando ciertas líneas cansadas que apenas pueden soportar la cargar de descifrar el verdadero mensaje implícito en éste.
Tiempo en demasía ha transcurrido desde la última vez que me apresté a dibujar palabras sobre un papel o en el monitor. Simplemente decidí escribir ya que no deseo hablar, Sólo deseo transcribir mis aletargados pensamientos que se desploman ante ciertas vivencias.
Aquello no me llevará a superar este dolor simplemente contruibuirá a dilatarlo, debido a los impases que juegan en mi mente que hacen revolotear ideas sobre "A", más a pesar de que trato de contribuir con ideas que no me lleven a "cocinar mi cerebro" ciertos días me consumen y la intranquilidad se apodera de mi ser. Hoy jugaré quizás mi última carta antes de desfallecer...
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