Ayer martes 24/05/11, luego de pasar la mañana nostálgicamente, cerrando el día laboral antes de las 18 horas, me atrasé en entregar la documentación y no pude despechar por vía courrier nacional. Necesitaba llegar a mi domicilio temprano para que alcanzace a mi hermana POA (28), quien me llevaría a la misa preparada en la iglesia Jesús Nazareno, por motivo del 17º anviersario del desaparecimiento de MEAA (1.955-1994).
Mi colegá sólo me pudo dejar en el 3º anillo y no así cerca a mi casa, por lo que tuve que desplazame en microbús, demorando unos 40 minutos aproximadamente. Cuando llegaba decidí comer una hamburguesa a la parrilla de la pulpería (quiosco) de la esquina, la que me dí cuenta que estaba quemada, por lo que reproché a la señora de edad que las preparó. Discutí con ella y todo terminó de mala manera sin pago por el pedazo de carne ya engullido.
Al arribar a mi penjado (casa) encontré que PAO no había llegado a ella, y sólo Tyson (mi fiel can de raza bóxer) me saludó, como siempre efusivamente, saltando y atrapando mi pierna para frotarse en ella. Así decidí llamar a mi hermana, quien me dijo que no iría a mi casa, por lo que debía desplazarme yo solo hasta el templo sagrado (en el centro de la ciudad), lo que me demoraría unos 20 ó 25 minutos más. Me mudé de ropas rápidamente y emprendí marcha hacia la avenida para tomar el microbús que me llevaría a la iglesia. Tuve que salir por la otra calle ya que no quería encontrar a la señora de edad de la tienda de las hamburguesas.
Una vez en la iglesia me di cuenta que ya había comenzado la ceremonia. Mientras me sentaba en uno de los tantos bancos me percaté que había, además del sacerdote que oficiaba la misa, un anciano de túnicas blancas, de rasgos europeos, sentado en el banco opuesto al mío. Al lado de él una joven que murmuraba cosas al oído de él. Una deducción básica me hizo suponer que era la persona que intercedía como medio de instrumento a la Divinidad y el laico para la redimisión de los pecados confesados. Por ende, aguardé mi turno y en el momento que no hubo nadie decidí acercarme a él. Luego de saludarlo y de responderle a su pregunta sobre mi edad y el tiempo que no me había confesado con un sacerdote, empezamos a debatir ciertos puntos de vista teológicos de la tradición cristiana. Los criterios discrepaban, y él, con un acento español y con dominio de ciertos temas, de nombre Jesús intentaba acaparar la la conversación volviéndola por momentos monólogos, ésto estancó el avance de llegar a unir los puntos discrepantes. Simplemente noté que no ibamos a llegar a ningún lado con posturas tercamente diferenciadas y opuestas, por tanto decidí bajar el tono de la tertulia cuando me dijo que no iba a confesarme ya que el acto de la confesión no es tan sólo anular los pecados de obra y/o pensmientos cometidos, sino se trataba de cumplir una promesa sagrada de no volver a caer en ellos u otros pecados. Entendí en ese momento que mi forma de pensar no me permitía confesarme ante una persona para tener un lazo con lo Divino, que me lleve a un contacto directo entre lo humano y lo inmaterial. Discutimos tanto que a mi alrededor no habían ya personas y estaban apagando las luces, en ese momento él me dice "ya van a cerrar la iglesia, será mejor que te vayas". Tuvieron que abrirme las puertas nuevamente y como si fuese el Elegido salí por la puerta del templo ante los ojos incrédulos de los feligreses que aún se apostaban en las afueras de él.
En la discusión con el cura había visto pasar a GOP (66) mi padre acompañado de mi prima DAO (22) quien me dijo que estaba estrenado cabellera pelirroja. Esperaba encontrarlos por lo menos a la salida de la misa, sin embargo no me contestaban la llamada mi padre y mi hna. entonces debí recurrir a mi prima, quien me dijo que ya se encontraban en camino a su domicilio. Mi hermana ya se había ido del lugar. Por tanto, debía irme solo nuevamente.
Decidí llamar, como había prometido después de misa, a AYCR (26) quien se encontraba en un lugar que no me gusta asistir por la incomomidad que me resulta el entorno y el objetivo de dicho local. A lo que me dice "si no venís acá entonces mejor nos vemos otro día...".
En ese momento me sentí abatido, como quien pierde un globo de gas y se cae para arriba (diría el Chapulín Colorado). Sólo me dispuse a retornar a mi morada. En el trayecto iba escribiendo mensajes en mi celular como por ej. "... soy el ángel de la muerte, soy la sombra del olvido, soy el recuerdo del futuro, soy la presencia del mal...".
Hace mucho tiempo que no tenía pensamientos tan sombríos. Quizás como diría mi amigo ABS (30) en sus aletargadas cartas que escribía en los fríos meses de abril con el título de "hoy comí pescado", hace ya casi una década.
Y para culminar el día, o en este caso la noche, no encontré mi presa favorita (pechuga) cuando me decidí alimentar mi estómago con una diminuta cena.
Como bien dice CAV (27), en sus siempre acertados comentarios, extrayendo de un postulado hindú "todo pasó exactamente porque así tenía que pasar...".