Sin esperanzas de algún avance que pueda dar luces sobre mi andar en la vida terrenal, y aún con las presiones propias del jornal, me veo así mismo ensimismado ante mis pensamientos bamboleantes.
Ya sin ánimos de continuar en una lucha que quizas, y sólo quizás, sólo yo empecé o tan sólo la dibujé en mis inalcanzables ideales.
La falta de su visualización no sólo ha cegado mis propiedades físicas oculares, sino tan bien mis capacidades imaginativas comunes, como las de cualquier mortal, para poder obtener una tenue idea en mi asolada mente de niño grande.
Qusiera poder tener la misma actitud que ella frente a la vida... decidia a persistir en su propia actitud... desafiante en su gallardía de cambiar su propia vida mirando hacia adelante.
Hoy no sólo me envuelve un manto de sombría desilusión al encontrarme en una aletargada soledad inconsistente con mis utópicos ideales surrealistas.
Aguardaré en silencio hasta que ella decida que hablemos...
... cuando el destino te juega mal...
Poema al Maestro
Hace 10 años
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