La inmaterialidad de la materialidad

Fueron los minutos más que quizás en mucho tiempo no había tenido,
sólo el silencio se apoderó de aquella habitación
y las miradas se entrecruzaron distribuidas en un sombrío triangulo familiar.

Aquella mañana no hubiese querido estar presente
del recuerdo de 35 años...
la envoltura estaba compuesta de lagrimas acayecidas.

Una barba desgarbada y descuidada
hacía entrever que el paso del tiempo no ha sido en balde
las canas apoderándose del vello facial
de aquel hombre que algún día se visualizaba regio em su andar y sus decisiones.

El orgullo aún imponente de su clásico vestir
dieron cuenta de sus convicciones metafóricas.

La nostalgia de bellas memoranzas maternales
asaltaron mi mente en todo momento
y las glándulas lacrimales no dieron abasto ni tregua
a este ser desdichado

Una despedida en vida se hizo sentir
y aunque la coraza siempre se mostró impenetrable
hoy se cayó en un simple sollozar de sentimientos
Y la figura militar que algún día imperaba
se desmoronó en un par de segundos.

Quizás me vi ubicado en el lugar más desubicado
en ese preciso instante de la existencia.
La estructura de un contenedor de residuos sólidos contuvo
mis desbordados e incrédulos sentimientos.
que se apoderaban de mi agitada alma.