viernes, 10 de octubre de 2008

El "Pinche" Monólegue

Quieren monólogo?.. fue la pregunta con que el mejicano Adalberto Javier Ramones Salinas hacía su entrada al escenario de un conocido centro de eventos en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) cubierto con la bandera verde blanco y verde y con un típico sombrero è saó, aperturando su “Tour Monólogos 2008” en Bolivia. Se dice que hubieron unas 5.000 personas en las instalaciones acomodadas en 3 sectores.

Resultó un espectáculo que, aunque comenzó con una hora y media de retraso, duró 2 horas de divertidas anécdotas, historias, en la que la ficción, la imaginación, improvisación y experiencias propias, según él, se juntaron para hilvanar argumentos capaces de rasgar aunque sea una leve carcajada. El ex conductor del programa “Otro Rollo” se envolvió en la temática boliviana a través de la sociedad, política y economía actual, adentrándose en la gente a través del calor que irradiaba su carisma, además del que se sentía dentro de las edificaciones, que por momentos parecía sofocante.

Por lo general, en su programa el mónologo duraba unos 45 minutos (a veces hasta 30 minutos), pero esta vez superó mis expectativas alargándose una hora más, aunque ya a las 00:30 ya se sentía el cansancio del público.

Lo negativo, como de costumbre, fue de los promotores que hasta la fecha no saben organizar adecuadamente un espectáculo o concierto ya que el número de personal que cuidaba las instalaciones no podía organizar el ingreso de los espectadores, a ello le sumamos que personas que pagaron su entrada para estar cómodamente sentados en un lugar VIP se quedaron parados mirando el espectáculo.

Otro tema que la gente esperaba era bailar el clásico “tubo-tubo”, una canción inventada en su programa, haciendo referencia a los tables dances de la ciudad de Méjico; o también la canci´n del “Oh, oh digo yo…”, ya que se había hecho mucho énfasis en el bailecito éste previo a su arribo a Bolivia, esto hizo que la gente quedara algo desilusionada por ello. Tampoco contó los 5 puntos al finalizar su presentación, al contario le regalaron una “camisa chiquitana” en señal de recuerdo de esta ciudad.

A pesar de estos últimos puntos negativos el espectáculo se desarrolló con toda normalidad y con agradables sorpresas, comentarios y parte de lo que fue su extinto programa, en la que dio rienda suelta a su personalidad con todo y las “malas palabras” que censura la tv pero que se escucha en la calle y se escuchó en el escenario.

Así que el que se lo perdió ni modo… “ajo y agua” como dicen los colombianos… “… a joderse y aguantarse…”

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